![]() ![]() ALBA Berlín: Ajenos al desaliento Apeados de la Euroliga en la última ronda de clasificación, el ALBA Berlín ha sabido reconducir su trayectoria europea para llegar a Vitoria con las máximas aspiraciones.
Redacción, 13 abr. 2010.- Es, de los cuatro participantes que se presentan en la capital alavesa, el que mejor palmarés acumula, teniendo en cuenta tanto la competición doméstica como la europea. Y es que los berlineses suman en total 15 títulos, siendo el primer y de momento único club de la historia del baloncesto germano capaz de haber levantado un trofeo de ámbito internacional Copa Korac, 1995-. Quizás por el peso de esa tradición, el ALBA de Berlín ha sabido superar todos los obstáculos que ha tenido por delante hasta llegar a la última y decisiva fase de esta Eurocup.
Vivieron la que quizás fue su mejor temporada internacional la pasada campaña, clasificándose para el Top16 de la Euroliga después de una más que aceptable fase regular. Aunque no lograron el objetivo de colarse en la Final Four que acogía su ciudad, Berlín, el ALBA parecía preparado para consolidar su plaza dentro de la elite continental, objetivo largamente perseguido por los gestores del club. Sin embargo, la dureza de su competición doméstica les privó del título liguero y con ello, de la posibilidad de repetir participación por méritos deportivos. Pero la ULEB, dado el buen papel desempeñado, pensó en ellos para concederles una wild card que les dio acceso, a principios de esta temporada, a las rondas previas de clasificación de la Euroliga. Todo pintaba bien para los hombres que dirige Luka Pavicevic eliminaron al Le Mans en primera instancia- hasta que se cruzaron con el Maroussi. Los griegos, a la postre equipo revelación de la máxima competición europea, superaron al ALBA por sólo cuatro puntos de diferencia en la eliminatoria, enviando a los berlineses a la Eurocup. A Vitoria por la puerta grande A pesar de la lógica decepción, el equipo de la capital alemana supo recomponerse, adaptarse a una competición bien distinta y clasificarse con suficiencia (balance de 5-1) para la segunda fase en un grupo complicado, resolviendo además varios partidos con marcadores muy ajustados. Ya en el Last16, el ALBA dejó en la cuneta a todo un histórico ACB como el DKV Joventut, sellando su clasificación para los cuartos de final en el propio Palau Olimpic de Badalona. Gracias a este triunfo lograron de nuevo el primer puesto de su grupo, ganándose el derecho a decidir la eliminatoria de cuartos ante sus seguidores. Y eso hicieron. El reto, no obstante, no estuvo exento de dificultad, dado que tuvieron que afrontar el partido de vuelta sin su mejor anotador Jenkins y sin uno de sus últimos fichajes Golemac. Aún así, los germanos superaron a los israelís, haciendo gala de un espíritu de superación encomiable. La receta capaz de lograr estos resultados es sencilla de explicar, no así de imitar. En primer lugar, por la propia estructura del equipo, muy americanizado. Las diferencias en cuanto a los cupos existentes en la Bundesliga, en la que se permiten un mayor número de jugadores estadounidenses que en la mayoría de competiciones europeas, empujan a muchos clubes alemanes a basar su plantilla en jugadores de aquellas latitudes, siendo el ALBA uno de esos clubes. En su caso, el número de jugadores norteamericanos son cinco; Byars, Chubb, Wright, McElroy y Jenkins, siendo los tres últimos las piezas más utilizadas por Pavicevic en lo que llevamos de competición más de 25 minutos de media por encuentro-. No es de extrañar, por consiguiente, que el juego berlinés esté muy condicionado por la particular manera de entender el baloncesto de sus foráneos. Roles bien definidos Otro ingrediente que Pavicevic condimenta con maestría es el de la experiencia; no en vano cuenta con hombres con un amplio currículum internacional como Hamann, Golemac o Sekulic, viejo conocido de la afición española por su paso por el Real Madrid. El croata es, precisamente, la piedra angular del juego interior berlinés, siendo Chubb, Nalga o Dojcin los encargados del trabajo más sucio. En cuanto al estilo de su juego, no es el ALBA un equipo amigo de partidos de alta anotación, sino más bien al contrario. Su objetivo es llevar el control en todo momento, defender al límite, correr sólo cuando se tenga una opción clara de contraataque, y exprimir al máximo las cualidades en el uno contra uno de sus exteriores, especialmente de Jenkins y McElroy, muy hábiles en espacios abiertos y capaces de crear para sus compañeros. Los pívots, a excepción de Sekulic y Golemac, tienen una participación ofensiva residual, encargándose de labores algo más oscuras. PLANTILLA
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